Skip to main content

Full text of "A suegro irritado, nuera prudente : comedia nueva"

See other formats


«43 


COMEDIA NUEVA, 

A SUEGRO IRRITADO, 

nuera prudente, 

SU AUTOR 

Don Antonio Valladares de Sotomayor. 

Se representó en la Compañía de Manuel Martínez, 

año de 1775. 



C á^# ICENCIA * 

Eq Madrid : Eñ\ Imprenta de Andrés Ramírez, 
~ calle de los tres Pezes. 


PERSONAS. 

Don Blas , Comerciante , Padre de 
Doña Camila fatua ; y de 
Don Carlos , Esposo de 
Jacinta , Dama, 

Periquito ) y Juanito , hijos de estos. 

Don Pablo , amante correspondido de Camila. 
El Conde de Zimbal, futuro Esposo de Camila, 
Renardo , Criado de Don Blas, 

Catarro, Pillo, 


*45 


A Suegro irritado , Nuera prudente. 

JORNADA PRIMERA. 


, • , a. 'fjtr-ihies Una vuelta grande d la derecha. como que 

j?i* a lt C 7a "entrada día Casa, otra pequeña al mismo lado, que conducid 
¡acorta habitación, nuevamente construida. Y oira puerta a. lado izquierdo, 
¡U unoTdTZodlo principal de la casa. Por la Puerta grande salen 
* J mo recatándose Don Carlos de militar pobre ; Jacinta ™n *a*- 
auiña y mantilla , trayendo ambos dejas manos a Periquito, 

* y £ Juanita , este como de quatr * años , y aquel de seis. 


D- Cari. JL isad q u = do > hijlíos mios. 

Lo mas que miro , lo estrada 
mi conocimiento: todo 
aquí ha tenido mudanza. 

La principal puerta es esta ‘,porlagr. 
aquella del frente, entrada poi laizq. 
da á lo principal del quarto. 

Esta pequeña, que pasador la peque - 
sin duda á otra habitación, [na de la dra. 
es nueva con la fachada, 
y aun lo interior. ¡Qué miseria 
es la mia y qué abundancia 
la de mi Padre! queda suspensa 

Jac. Ni se oye 

ruido , ni hasta esta sala 
nos ha visto nadie ; creo 
duermen todavía. 

Cari. ¡Qué ansia! 

Me palpitad corazón; 

y el aliento se embaraza 

con la consideración 

de que mi Padre:::- ¡Ah, qué amarga 

constitución! 

Jac. Carlos mió, 

por qué asi te sobresaltas? 

No es la casa de tu Padre 
la que pisamos? Quién causa 
tu temor? El patrio nido 
te inmuta , te altera , y pasma? 

¿No ha siete años que tu Padre 
no te ve? Pues ten confianza, 
que aunque esté su paternal 
▼oluntad contigo ayrada, 
ya que no al texte , al mirar 


estas dos prendas amadas, 
nuestros hijos, y sus nietos, 
que se temple es cosa clara. 

Cari. Ay Esposa! Ay mi Jacinta! 
no ignoras las circunstancias 
de nuestra infelicidad; 
pero es fuerza recordarlas. 

Mi Padre, que en el Comercio 
de esta Ciudad, tiene faina 
(con verdad) de poderoso, 
tan tiernamente me amaba, 
que el mayor de sus cuidados, 
fue mi instrucción, y crianza. 

Para que el trato de gentes, 
mi talento illuminata, 
me hizo ver algunas Cortes, 
gastando eñ esto sin tasa. 

Llegué á la nuestra, te vi, 
y con fuerza extraordinaria, 
tu belleza hirió mi pecho; 
te traté y quedó admirada 
mi Alma al conocer tu mucha 
virtud ; la q«¡.il y tas gracias, 
me hicieron Espeso tuyo, 
aunque tan pobre te hallabas; 
que adonde está la vitad, 
las riquezas no hacen fidta. 

En fin , nos casamos ; di 
noticia á mi Padre , y tanta 
ira , tanto enojo , y tanto 
furor le causó . que para 
aplacarle , no bastaron 
de sus amigos las cartas, 
fii otros empeños, que en esto 

se 


g 46 ^ Contrata nuetA, 

se interesaron ; m! instancia E° q ue p ro du* 0 sn enojo. 


repetida , le halló sordo: 
me cobró horror : mis alhajas 
nos mantubieron seis años 
con escasez, por la car^a 
de! fruto cogido en ellos, 
de nuestros hijos. Pasada 
la escasez á ser miseria, 
y la miseria á extremada 
necesidad , fue tu acuerdo 
viniésemos á mi Patria, 
por si mi Padre , a! mirarme» 
rendido ,me perdonaba. 

En su casa estamos ya; 
mas , Jacinta , me acobarda 
su genio , y tanto , que creo» 
que no tienen esperanza 
nuestros males. Tal memoria, 
tal sentimiento, traspasa 
mi Corazón! Oh! hijos míos! 

Teriq. Papá; no está abuelo en casa? 

Cari. Caifa , hijito ; ahora saldrá. 
Qué dolor r 

Jac. Mi Carlos , nada 

te aflija;, respira; un Pacfre^ 
si está irritado, se ablanda 
viendo al hijo , que rendido 
á sus pies y por perdón cianil»- 
De amor fu sido tu culpa; 
y la has de ver perdonada 
por el de un Padre ; depon 
tu sentimiento , y aparta 
de ti el temor > la humildad, 
todo lo rinde , y lo alcanza; 
v muchas veces de un gusto, 
víspera es una desgracia. 

Cari. Pero qué conseguiré 
con que mi Padre me naga 
la proposición , que siempre, 
v es que me tendrá en su casa* 
si te abandono? Mi afecto, 
mi voluntad, mi constancia, 
podrán Je ti separarme, 
cus eres la mitad del alma? 

Jac. E sa razón de tu P adre, 
es á la razón contraria. 


no á la prudencia se adapta; 
y al enojo la prudencia 
vence, domina, y apart3. 

Cari. ¡Ah, Jacinta! No conoces 
la condición tan extraña 
de mi Padre. Es duro , avaro, 
nada piadoso , se enfada 
con la humildad ; y es en fin, 
su carácter de tan rara 
calidad , que no ha logrado 
nadie alegre ver su cara. 

Y como toda su ira 
está contra ti obstinada, 
y esto solo por ser pobre, 
sin que concurra otra causa: 
aunque el amor Paternal, 
á mi favor terminara, 
quantas dichas me ofreciese, 
serian sin ti desgracias! 

Jac. Cruel genio! 

Cari. Igual no tiene. 

Jac. Pero á mi es quien mas daña. 

Cari. Por qué? 

Jac. Porque me contemplo 

motivo de lo que pasas; UofOM 

y esto hace , que de dolor 
el pecho:::- 

Carl, Jacinta , calía, tierna 

no me aflijas mas! 

Jac. No , Carlos; 

mientras se miran mas arduas 
las cesas , mas resplandece 
el espíritu ; á la casa 
de Monsieur Ernés, que anoche 
(por la, amistad asentada 
que profesa con tu Padre) 
nos recogió , ve y aguarda 
alli mi aviso ; contigo 
llera ios niños , recata 
esto de Monsieur Ernés, 
porque he de poner en planta 
con tu Padre , un pensamiento 
que de ocun irme ahora acaba, 
por ver si con él consigo 
confiese que fus acertada 


A Suegro irritado, Nutra prudente. *47 

y he Uc ver:::- Alas a Cita sala 
de aquel qoarto viene gente. 


fu elección. 

Cari. Es imposible. 

Tac. Otros mayores alcanza 
facilitar la prudencia. 

Tal prueba no es arriesgada. 

A Cádiz hemos llegado 
infelices , y sin que haya 
quien nos proteja. Pues quién 
no busca lo que lefdta 
por buenos medios." Y en caso 
de no encontrarlo , en mas maU 
situación estar podremos? 
no; pue* qué se pierde? nada. 

Cari. Mas qué intentas? 

J.u. Si lo sabes, 

ha de hallar tu repugnancia 
bastantes dificultades, 
que oponer sin razón-, calla 
y te lo dirá el suceso. 

Cari . Y he de deja, te entregada 
á las iras de mi IVdre? 

Jac. Ya tengo dispue-ta traza 
para contenerle ; y qu ¡ndo 
su colera sea t„nta, 
que mis prudentes arbitrios 
no pudiesen superarla, 
con solo huir de su vista 
todo peligro se ac.iba. 

No te detengas. Yo espero 
¿é r<?fnc< iio * Hiicstrss ansius 
e¡ Ciclo piadoso. 

Cari. Admiro 

tu prudencia , y tu constancia; 

Pero acia allí siento ruido., 
si no me engaño. 

Jac. Qué aguardas? 

Vete , que será tu Padre. 

Cari- Te obedezco. ¡Oh, Esposa amada! 
¡rh queridos hijos ! vamos. 

* Paciencia ¡Qué mal me trata 

mi suerte! Vase con los niños. 

Jac. ¡Oh, amable Esposo! 
que por mi p ¡ breza pasas 
tanto mal! Monsieur Erres, 
me informó de que busc*ba 
«na criada mi integro. 


Ocúlteme esta mampara, 
hasta advertir si es mi suegro, 
pues tengo sus señas claras. 

Sí oculta en la salida de la puerta 
grande de la derecha. Salen por lape * 
quena Don Pablo de militar de- 
cente- , y Catarro con mala 
Topa, bostezando como 
que acaba de levan- 
tarse. 

D. Pab. Creí que no dispertases. 
Catarro , según roncabas. 

Cat. B^ya, y qué es lo que usted quiere? 
Pab. Ya anoche te di bien ciara 
noticia de lo que intento. 

Cat. Para ser verdad, me basta 
que usted lo diga ; mas yo, 
que cené bien , y sin tasr 
bebí . me dormí al instante, 
y no entendí una palabra 
de quanto usted dixo. 

Pab. Bueno, 

después , que tres horas larg2S, 
te estube enterando , sales 
con eso? Alabo tu gracia, 

Cat. Ahora que despavilado 
estoy de las luminares 
que encendió el vino en mis cascos, 
quedará b;en enterada 
mi inteligencia. Usted diga 
para qué efecto me saca 
dei obrador donde aprendo 
á Pintor , y qué me manda, 
porque deseo servirle 
desde que de la Carraca 
me libró, donde fui puesto 
por mis bromas y borrascas, 
pab. Pues Catarro, tu bien sabes 
que hombre soy de circunstancias. 
C-irt. Fs cierto , que un hombre rico 
siempre las tiene sobradas. 

Pab. Nada tirve la riqueza. 


si 


ssS Comedia nueva , 


si la sangre noble falta. 

Cat. Señor Don Pablo , el dinero 
es la nobleza mas rancia. 

Don Doblon , es el que ilustra; 
lo demás es patarata. 

Pab. Piensas como tu. En efecto, 
sabes también , que esta casa 
es de Don Blas de Camargo, 
Comerciante de gran fama. 

Cat. Y sé que es un hombre cruel, 
que mucho á la usura ama. 

Pab. Camila , que es hija suya, 
tomó posesión de un alma, 
que fiel la adora ; mas como 
el verla, y comunicarla 
me era imposible, temiendo 
la condición temeraria 
de su Padre , ayer que supe, 
que un diestro Pintor buscaba 
para pintar esa pieza, 
que de construir acaba, 
á éí me presenté fingiendo 
ser hábil ; dexé ajustada 
la obra , con condiciones, 
que tuve por necesarias. 

Mas como yo nada entiendo 
de esta facultad, y estabas 
aprendiéndola, pensé, 
que aunque poco en ella alcanzas, 
para mas enredar esto, 
y hacer á mi intento capa, 
eras útil ; te busqué, 
y á este efecto me acompañas. 

Cat. Estoy en el Caso ; peto 
no advertis que si repara 

el Don Blas , que es grande pieza, 
en que no sabemos nada, 
de pintura , es regular, 
nos dé trescientas patadas? 

P ib. Previniendo yo ese daño, 
fus del trato circunstancia, 
que se me diese la llave 
de esa pieza , y que cerrada 
hasta concluir , había 
de estar, para que no entrara 
uadic á embarazarnos. 


Cat. Bien. 

Pab. La liare me fue entregada 
ayer tarde. 

Cat. Mas cerrados, 

presunto , qué se adelanta ? 

Por" mi , solo pinto monas, 
si estov como anoche estaba. 

Pab - Con ir moliendo colores, 
traer veso y cola , basta 
para que al prompto discurra 
Don Blas , que ya se prepera 
la pintura ; en este tiempo, 
es fácil que ocasión haya 
de persuadir á Camila, 
y asi el enredo se acaba. 

Cat. Procure usted dure poco, 
porque si el tiempo se pasa 
en moler colores , creo 
que nuestras personas salgan 
molidas á palos. 

Pab. Solo 

un inconveniente se halla, 
y es , que un eierto Caballero, 
que el Conde de Ziinbal llaman, 
pidió á Don Blas á su hija, 
y creo tienen tratadas 
las bodas. 

Cat. ¡Oh, Señor mío! 

El Conde de Zimbal? Baya. 

Le conozco : es uu valiente 
botarate , y tengo traza 
para echarle de aquí. 

Pab. Como? 

Cat. Tubo amistad con Madama 
Violeta , que de Madrid 
vino á Cádiz desterrada 
por ser de golpe y porrazo, 
y moza de toma , y daca. 

En fin , al Conde Zimbal 
yo embromaré. 

Pab. Si eso alcanzas, 

treinta doblones te ofrezco. 

Cat. Treinta? Jesús! Por tal paga, 
haré que sus treinta leguas, 
caminen treinta montañas. 

Pab. Pues vamos, nos prevendremos 

* 0 ' 


A Sittgfa ir rita de 

tntíí que aquí DPn B.as salga. 

Cat. Daré por treinta doblones 
á Zimbal treinta estocadas. 

Vanse por la puerta pequeña, que de- 
jarán cerrada , y sale Jacinta. 

Jac. Qaanto á los dos he escuchado 
me puede ser de importancia 
después ; pero aquella puerta 
abren ; veré retirada, 
si es mi Suegro, 

Se retira , y sale Don Días por la 
puerta de la izquierda vestido 
como de casa. 

D. Blas, Estos Señores 

Pintores , duermen que rabian. 

En trabajando á jornal, 
lo toman con gran cachaza; 
mas mi genio y su paciencia, 
siempre harán migas muy malas. 

Jac. Según tengo de él las señas 
este es mi suegro ; constancia, 
y animo , corazón mió. 
que en esto tu dicha aguardas. ^ 

Señor, diga usted , está saliendo, 
el Señor Don Bias en casa? 

Blas. Yo soy, 

Jac. Quiero suplicarcs:::- 
Blas. Perdone por Dios, hermana. 

De estas maulas, mi humor crudo, ap , 
luego me desembaraza bolv. laespal , 
J*c- Señor, tío os pido limosna. 

Blas. Por si acaso, U lar no es nada rnirand 
despreciable. 

Jac. Quiere usted 

escu .h.irme dos palabras? 

Blas. Si no son mas, diga; tengo 
poca paciencia , y me enfadan 
los cuentos largos. Por Dios, ap. 

que es bonita la muchacha. 

Jac. Quisiera, Señor, rogaros:::- 
Jsl.is ■ Hogar? Conmigo no alcanzan 
Bada ios ruego*. aerá *f* 


, Nuer t prudenti . *49 

sindutia un petardo. Guarda. 

No quiero oiros , ya está 
entendida la embajada; 

Venís mal ; agur , agur. 

Jac. Ved , que está muy engañada 
vuestra com prehensión. No soy 
la que juzgáis , y es estraña 
acción de un hombre prudente, 
el despreciar á una dama, 
que suplica. 

Blas , Es entendida: ap. 

decis bien. Qué ojos! Qué gracia! ap. 
Picara naturaleza, 
y qué prontamente llamas 
al deseo! 

Jac, Se propicia Op. 

esta vez, fortuna! 

Blas. Ba\ a, _ con aprado 

qué se os ofrece? quién sois? 

Jac. Una muger muy honrada, 
que reducida á un estado 
miserable , en. una casa 
procura servir, adonde 
tenga su horra asegurada, 
y el termino prs: en ella, 
que pretciiba su desgracia. 

Supe por Monsiur Ernés, 
que buscabais una criada, 
y vengo á ver si es dignáis 
de admitirme. 

Blas. Ella me saca ap. 

de tino : de donde sois? 

Jac. De Castilla. 

Blas. Castellana? 

Hija de quien? 

Jac. De nn pobre hombre,, 
aunque noble, 

Blas. Es cii constancia 
muy amable la Nobleza; 

Mas la pobreza la causa 
el mayor eclipse. Asi 
como al Sol ia nube apaga 
sus resplandores, asi 
al que nació noble, le aja 
la pobreza. Yo, es verdad 
que una criada buscaba, 

que 


Comedia nueva 


2$ O 

que de mi casa cuidase, 
j de mi hija ; pero hallarla 
es dificii , pues la busco 
con calidades muy raras. 

Jac. Decidlas , que puede ser, 
que todas en mi las haya. 

Blas. Lo primero , quiero sea 
tnuy honesta. 

Jac. La que no ama 

á la honestidad, no puede 
dejar de ser desgraciada. 

Blas. Con que vos la a inais? 

Jac. Con ella, 

nada parece me falta. 

Blas. Muy bien. La que á mi me sir?a, 
con nadie na de hablar. 

Jac. Palabras 

ociosas , las aborrezco. 

Blas. Mi hija es acalaverada, 
y simple ; gusta del trato 
de lo/ hombres. La importancia 
mayor de todo , es cardar 
que en esto no incurra en falta. 

Jac. Contó que sé lo que es mundo, 
s ;b é en lo que se me encarga 
5 s empeñarme. 

Blas. M : hechiza ' af. 

m s cada vez. Habrá sarna 
que ¡ñas piqué? Don Blas, tente; 
mira:::- qué se yo. De casa 
tro se sale sino á Misa, 
y esto temprano. 

Jac. Cifrada 

en la voluntad del amo 
la mia está. 

Blas. A fas ventanas 
nadie se asoma. 

Jac. Jamás 

á tal cosa fui inclinada, 

Blas. Solo conmigo , por fíri, 
y eso , quando seáis llamada 
habéis de tratar ; y si estas 
condiciones os agradan 
os recibiré al instante, 
porque aunque en vuestra* palabras 
del todo uo me aseguro. 


cae vengáis recomendada 
de MonsiurErnés , me obliga 
á admitiros. 

J*c- Eso basta 

para que á satisfacción 
vuestra os sirva , y os complazca, 

Blas. Salario, lo regular; 

provechos aqui no se hallar j 
Comida muy abundante; 
y quando ya esté probada 
vuestra habilidad , seieis 
de llaves , y todo el ama. 

No haré mucho, quando ya gp; 

casi casi lo es dei alma! 

Jac. Señor, veréis que mis obras 
acreditan mis palabras 
sin duda alguna. Probemos sp. 

mi intento , pues no -se enfada. 

Y no teneis mas familia? 

Veremos qué efecto causa cp. 

Blas. No; porque un Hijo que tengo 
con barbara destemplanza, 
á mi afecto paternal con furor 
Correspondió. Hizo la infam ia 
( vil criatura ) de casarse 
con una indigna, villana, mas furíot» 
infame , y:::- Qué se yo. 

Por esto está abandonad* 
su memoria ; le aborrezco; 
su nombre rolo me causa 
horror , me estremece y hace 
que mi corazón se arda 
cn ira mortal, con precipitada ffíTÍ* 

Jac. Pues qué, 

casó con muger de baja 
csfeia? ó era ella acaso 
viciosa? 

Blas. Yo no se nada; 

Era pobre y tanto, que 
aun camisa la faltaba. 

Y él picaro de mi hijo, 
quería entrar en ini casa 
muger tan ruin , para que 
todo mi caudal gastara. 

Jac. Oh Señor? si no es mas que e$0» 
tiene discuipa. Hay hornadas 


A Suegro irritado , Nuera prudente 

Doncclirs, qne aunqucson pobres, Jac. Por qué.' 




con ellas mas se adelanta 
que con otras ricas, siendo 
imprudentes y livianas. 

Blas. Nada es peor , que la pobreza, 
sin ella todo se allana. 

¡Oh, hijo vil! Entre mis manos, 
por Dios te despedazara, 
si te viera. Esto dexemos, 
que la colera se exalta, 
y con quien á un vil defiende, 
haré una acción temeraria. 

Sale Renardo por la puerta de la iz~ 
quierda con un papel en la 
mano , 

Ren. Aquí está aquel Jugador 
de la semana pasada, 
que viene por cien doblones, 
con la sabida ganancia 
de treinta por ciento. 

Blas. Bien; 

y tiene -las necesarias 
seguridades el vale? 


Blas. Porque Jacinta se llama 
la maula , que para Esposa 
eligió aquel gran canalla 
de mi hijo. Mas seguidme, 
vereis á mi hija , y la casa. 

Por Dios que la temo mucho, ap. 
que es preciosa la mechacna. 

¡Qué ojillos tan vivos tiene! 

Jac. Ya que en este estado te hallas, ap. 
corazón, dá al mundo exemplo 
de que una mliger, que ama 
á su marido, hacer sabe 
con una prudente maña 
los imposibles posibles. 

Blas. Vamos , Jacinta; qué aguardas? 

Tac. Ya os sigo. Señor. 

Blas. Qué afable! a í- 

Don Blas, que caes en la trampa. 

Vanse y salen por la puerta pequeña 
Don Pablo y Catarro. 

Cat. Ya he traído cola y yeso, 
con otros mil ingredientes. 


Ov^UtiudUCS vi > div, c' É j 

Ren. Todas; este es. se le da y le lee para Si. para ir trazando un pintado 
-r»i i niií*. sr.rá Hionn He verse: 


Blas. Despacha 

al instante al jugador. vase 
De este comercio en mi casa 
tengo mucho lucro. 

Jac. Pero 
es crecido. 

Blas. Aqui no hay tasa. 

Jac. Y la conciencia? 

Blas. Pues a o 

la ofendo en prestar mi plata* 
En fin , si en casa quedáis, 
lo que aqui mas se os encarga 
es la honestidad ; cuidado 
no has a en la honestidad falta. 

Jac. La honestidad , es virtud 
para mi muy apreciada. 

Blas. Y como os llamáis? 

Jac Jacinta. 

Blas. Si antes lo se, reparara 
en recibiros. 


que será digno de verse; 

Ren. pues ha de quedar al Olio, 

porque al f esco el Don Blas quede. 

Rab. Tu te hrs de estar machacando, 
para asi mas sorprenderle, 
quando salga, porque yo 
desde aqui es fuer za que aceche 
á mi querida Camila, 
por si la ocasión me ofrece 
ia dicha de poder verla, 
y hablarla. 

Cat. Y es conveniente 

para usted que al Señor Conde 
de Zimbal, de aqui le eche? 

Tab. Mucho; que es lo 'principal 
qu.e á mi intención le conviene. 
Cat . Tu-s eso queda á m¡ cargo: 

Si proporciona la suerte 
que usted á Camila vea, 
y embrome bien , luego dexe 


el 


Comedia nueva, 


252 

al tal Zí tribal por mi cuenta 
que h .ré que se Zimbeleé. 

Pab. Pues bien, eutrate, que yo 
ile centinela peremne. 
quedo i esta puerta. Catarro. 

Cat. Si este lance se nos pierde, 
él catarro que nos casque 
es fuerza, que nos reviente. 

Pab. Es verdad, pira eso en todo 
estoy ; mas Camila viene. 

Cit. Pues alón, á embestir tocan. 

Pab. Qué dichd Catarro, vete. 

Se entra Catarro por la pequeña piter - 
ta ; d tras de ella se omita Don 
Pablo, y sale Camila. 

Cam. Baya , Baya , que mi Padr$ 

tiene unas , cosas, que tienen 

mucho de tontas. Le encarga , 

á la nueva cuida, cele 

que yo ?. los hombres no hable, 

siendo asi , que hay mas de veinte 

que rabian por mi hermosura; 

pero aunque rabian no muerden. 

Los hombres? Son muy amables; ^ 

si algunas jos aborrecen 

tendrán sus causas. Yo no; 

luego mi corazón d- be 
& , , 1 

como a próximos amar os» 

que es decir honesta mente. 

M eterme Monja quería 

mi Padre; mas no lo piense, 

que la toca , no me toca, 

mi belleza no puede 

uir de tantos amantes, 

que por mirarla se mueren. 

Todos me llaman hermosa, 

y aseguro , que no mienten, 

si no dígalo el espejo; 

voy por é!, pues me divierte. 

Al irse sale Don Pablo y se detiene « 

Pab Señorita, pues ha sido 
tan venturosa mi suerte, 
que este rato me permite. 


dejad que un momento llegue 
á gozar de vuestras luces, 
quien en ellas vive, v muere. 

Cam. Qué luces son , si es de dia 
V alumbra e¡ Sol? Es demente. 

De m}, qué quieres? 

Pab- Amaros. 

Cam. Pues quien te lo quita? 

Pab. Quiere 

vuestro Padre, que no os ame. 

Cam. Eso es lo que hacer no puede, 
pues que, ¿de las voluntades 
mi Padre las ¡laves tiene? 
puede quitar que me veas; 
mas que me ames? Que si quieres. 

Pab. Quiere daros por Esposo, 

(para hacer que yo mas peiu) 
al Señor Conde Zimbal. 

Cam Es gran cosa y me conviene, 
qu ’ un Condado á mi hermosura, 
la hará mas resplandeciente. 

Eu siendo yo Conda , he de 
darte::- 
Pab. Qué?. 

Cam. Para pasteles. 

Pab. Dios mió: que es medio tonta, af* 

Cam. Pero pues tanto á quererme 
llegas , lo diré a mi Padre, 
y ras amarás libremente. 

Pab. H brá criatura mas simple! a}. 
No adavertis que si supiese 
esto vuestro. Padre , huta 
que el enredo feneciese? 

Cam, Qué enredo? 

Pab. Haberme fingido 
por amaros solamente, 
u i Pintor Punoso. 

Cam. Ola, 

y que picando que eres. 

J a , 1 3 ,qué risa Y a ent jendo se rie tWtC> 
y de este modo conviene 
que mi Padre, ni 1 1 Criada, 
que hoy recib ó, n ida liegue» 
á entender. Verdad? 

Pab. Si , amada 
prenda mia. 

CaTfit 


A Suegro irritado , 

Cjtm. Oh! me divierten 

macho ios hombres! Mas dime, 
sabes cantar ei Zercngue? 

Pab. Nunca cantar supe. 

Cam . Pues 

en qué has pensado, pobrete? 
masía Criada ; vámonos. 

Pab . La boca es bien se la selle 
con oro. 

Cam. Quedará muda. 

Pab. Abi es preciso que quede. 

Al irse cada uno por su puerta -■ tale 
Jacinta , y se detienen. 

Jac. De qué sirve ese temor, 
si á mi no se me obscurece 
nada? Bolbed. 

Cam. Pues qué, es malo, 
que las mugeres se dejen 
amar de los hombres , y que 
á ellos amen ¡as mugares? 

Jac. Amar las Doncellas solo 
á D:os y á sus Padres deben. 

Esta es la tonta? Para esto ap. 
ya veo no es inocente; 
m 2 s tener á los dos gratos 
es lo que a ora me conviene. 

Señorita , Caballero, 
tengo pruebas evidentes 
de vuestro amor; y estoy pronta 
con nobleza á protejerle. 

P ab. ¡Oh , Señora! el mas dichoso 
vendré á ser , si favorece 
vuestro asilo mi amor noble; 5 

adoraré eternamente 
tal proceder y seré 
vuestro agradecido siempre. 

Cam. Mira, si haces que me case, 
te daré quanto quisieres. 

Jac. Ofrezco !o que pedis, 
y lo cumpliré fielmente; 
y pues veo que tan fino d D. Pab¡9 
vuestro favor se me ofrece, 
si le necesito , creed 
que de él tengo de valerme. 


Nuera prudente. * 5 3 

Pab ¡ Oh, Cielos! el mas feliz 
de ios hombres fuera hacerme, 
si eso lomara. 

O 

Jac. Quiza 

lo experimentéis bien breve, 

Pab. Soy todo vuestro. 

Cam. Ola , Ola? 

á la Criad.: no te acerques; 
eres todo suyo? dej,:? 

Pues que eres mis i que eres? 

Jac. Señorita ,, esas son voces 

que explican mas elocuente ^ 
el concepto y no mas. 

Cam. Mío 

has de ser, aunque rebientes. 

Pab. Sí, mi bien. Ay : tonta miai ab . 
me hechizan tus sencillezes. 

Jac. Pasos siento; retiraos, 
y esto á mi cuidado quede. 

Pab. Os obedezco. 

Jac. después 

hablareis mas largamente. 

Pab. Sois mi Norte. 

Cam. Y yo tu Cielo: 

no es verdad? Es un pobrete. 

Pab. A Dios, mi amada Camila, vas» 

Cam. A Dios, Pintor sin pinceles. 

V ase por la de la izquierda . 

Jac. Empezó mi astucia á obrar; 
mi Suegro me ama ; aquel fuer te 
horror , aquel odio, que 
me tubo sin conocerme, 
sin conocerme también 
ha cedido ; y tal vez llegue 
á términos:*. Mas el caso 
ío diiá. Don Pablo puede 
servir á lo que he pensado, 
con que en tales accidentes, 
quizá que á Suegro irritado, 
venza una Nuera prudente. 

JORNADA SEGUNDA. 

Sale Jacinta por la puerta de la 
izquierda . 

Jac. Válgame Dios! (¿usutas cosa* 

opue*- 


Comedia 

opuestas en si , concilla 
una. mutación! Mi Suegro 
por Nuera me aborrecii; 
y aora , que quien soy no sabe, 
me ama; Pues no soy la misma? 

Cómo contrarios efectos, 

S'n ser la causa distinta? 

Lo que saco en consecuencia 
es , que su horror procedía 
por ser Nuera; hoy que por tal 
no me conoce, me estima; 
y tanto , que para hacer 
la experiencia , que es precisa, 
á Carlos he escrito venga, 
y se presenté á ia vista 
de su Padre; que le clame, 
que se humille , y que le pid» 
perdón ; y si de esto no 
son las resultas propicias, 
mis arbitrios durarán 
hasta conseguir mi dicha. 

A Don Pablo he grangeado, 
permitiendo que á Camila 
hable algún rato ; el es noble, 
y rico , a casarse aspira; 
y en favorecerle en esto 
á nadie ofendo , y podría 
ser que su asilo ayudase 
mucho á las ideas mías. 

Pero aquí viene mi Suegro. 

Sale Don Blas , for U izquierda sin 
- ver d Jacinta. 

JD. Blas. No se qué ansias, que fatigas 
me asisten desde que vi 
á Jacinta, que me quitan 
el sosiego. Como poco, 
duermo menos , y me pican 
acá dentro unas saetas, 
que me rebientan. Su vista 
á mi genio tan atroz 
de modo le dulcifica, 
que qu <ndo-.::- Mas aquí está.^ 

Qué hermosa! Qué haces , Jacinta? 
Jac. Cumplir con mi obligación, 


mro a* . 

porque se halle bien servid» 
la persona de mi amo. 

Bl. Qué agradable? á quien no cchiza a¡, 
tal dulzura y tal belleza? 

Y sabes que eres querida 
en extremo de tu amo? 

Jac, Para mi será la dicha, 
siendo con honestidad, 
su cariño, 

Blas. Es infinita. 

la afición que te he tomado. 

Jac. Y mi respecto la estima 
infinito siendo honesta. 

Blas. Yo he llegado á pensar , hija, 

( perdido estoy !)quc he de ser 
remedio de tus desdichas. 

Jac. Con honestidad , lo apruebo. 

Blas. Pues de mi acaso podrías 
creer, que sin honestidad 
fueras de mi amor querida? acere. 
Ha pobre Don Bias! Repara #£• 
que te pierdes , y te arruinas! 

" Jac. Peroquéquereisdemi? 

Blas. Hacerte dichosa. Mira, 

aquihay cinquenta doblones: sacatín 
tómalos. bolsillo. 

Jac. Me guardada 

de hacer semejante exceso. 

Blas. Pero por qué te retiras? 

Este dinero no es mió? 

Jac. Si Señor. 

Blas. Hay quien impida 
que te le de? 

Jac. Si Señor. 

Blas Quién. " 

Jac. Vuestros hijos. 

Blas. Mentira. 

Mientras -respire esto es mío. 

Jac. El buen Padre que administra 
e! caudal de ellos , no puede 
hacer esas vizarrias 
sin agraviar su conciencia; 
y sin ofender la mía, 
tan poco puedo , Señor, 
vuestra oferta recibirla. 

Blas. Pero si yo::- 


A Suegro irritado , 

Jae. Vos obráis 

contra la propia justicia, 
ofreciéndola. 

Blas. Porqué? 

Jac. Decid : mejor no seria 
que dieseis esc dinero 
á vuestro hije:- 
JB las. No prosigas, 
porque:::- 

Sale Renardo por la puerta grande 
de la derecha. 

Ren. De llegar acaba 
el señorito , y con prisa 
entra, señor, á buscaros. 

Blas. Quien? alterado 

Ren. Vuestro hijo. 

Blas. Su osadía 

á eso se atrebe? El audaz futios? 
quiere ponerse á mi visu? 

Le haré pedazos. 

Jac. Señor, ; i 

no os irritéis, vuestra vida 
mas que todo importa. 

Blas Tu. 

eres quien por ella mira 
solamente. Aqui qué aguardas, 
marcha ; de mi casa quita 
la ocasión de que me pierda, 
si veo á ese vil; la ira, case Renard. 
ya se ha exaltado! Renardo, 

Renard o. Me precipita 
el furor! Yo haré que salga 
dé casa. Espera, Jacinta. 

Al irse a entrar precipitadamente por 
la puerta grande , sale por ella . 
Don Carlos y se pone d 
sus pies 

T>. Cari. Padre mío. 

Blas. Monstruo infame d sviase fu- 
de mi, di, que solicitas? rioso de él. 
Tienes valor de ponerte 
á mi presencia í Te olvidas 
de que te aborrezca? Sabes 


JSfuera prudente.^ ^ *55 

que cometiste la indigna 
acción de casar con una 
vil muaer , y sin camisa? 

Con una pobre casarse, 
y ser mi hijo? Solicitas, 
si no huyes de mi presencia, 
ser despojo de mis iras? 

Jac. Para vencer , sufre aora, ap. 

corazón , tanta ignominia. 

Cari. Señor , oídme, 

Blas. Ea , vete: 

;u te has buscado tu ruina; 
súfrela ; con muger pobre 
casaste? La afrenta mía 
has sido ; y quieres que te oyga. 

Huye , huye , de mi vista. 

Cari. Ved, Señor:::- 
Jac. Tiene razón 

vuestro Padre, y no os castiga 
como merecéis. Haverse 
casado con pobre? Rica, 
rica ; que asi los caudales 
se aumentan ; pero se arruinan 
con lo contrario. 

Blas. Si digo 

que es el diablo esta Jacinta , 
que me ha de llevar.'' No es nada. 
Hasta en el pensar me imita? ^ 

Cari. Señor, mi Espesa es:::- 
Blas. Infame; 

Ya tube acá esa noticia, 
desde que supe era pobre. 

Cari. Su mucha virtud::: - 
Blas. Te obliga 

con eso? Te gusta? Pues 
buen provecho. A mi me irrita; 
la aborrezco ; si la viera, 

Cornelia aquí acabaría. 

Jac. Haríais bien. Señor mío, 
que una pobre es cosa indiana* 

Cari. Pues viéndola están, Sr. alterase 
Blas Como? donde? Jacinta 

Cari. Aqui metida serial and. altoraz . 
la tengo, 

Blas Pues guardála, 

que es una alhaja exquisita burland. 

Jac . 


Comedia, nueva, 


356 

Jac. Que susto! Pensé que Carlos 
todo el easo descubría. ap. 

Cari. Qué , en efecto , de la casa 
de mi Padre, con mi misma 
miseria , he de irme? 

Jac. ¡Ah , Esposo, . ap. 

elcorazoñ me lastiman 
tus voces! 

filas. Ño soy tu Padre. 

Vete, pues. ¿Qué esperas? Mirar.:- 
Mas yo me iré por no verte. 

En ti queda resumida 
mi autoridad. Haz se vaya: a Jacinta 
de toda la casa ffiia 
eres ama. Me conozco, 
y temo , pues me lo inspira 
mi furor, que he de quitarle 
á ese canalla la vida. 

Por eso me voy. Y advierte, d Carlos 
que si acaso otra vez pisas 
estas losas, con tu sangre 
las has de mirar teñidas. 

t - : ' ' • ' - •« i \ • -» . r • . f 

Vase por la. puerta de la izquierda 
cerrandolacon furia. 

Jac. Cerró con furia. 

Cari, j Ah, mi Esposa! 
jAh, mi adorada Jacinta! 

Mal principió tu trabajo; 
tu idea ya ves perdida 
todo ha sido envalde ; huyamos 
de la condición altiva 
de un Padre que asi se niega 
á las leyes compasivas 
de naturaleza! Huyamos. 

Jac. ¿Qué es huir? La ya emprendida 
obra abandonar? No , Carlos; 
antes aora es mas precisa 
la constancia'; y las ideas 
deben ser mas peregrinas. 

Cari. ¡Ah , Jacinta; qué hay mas ffiaí 
que ei que piensas! 

Jac. Pues qué? aprisa: 
di , que hay? 

Cari. Monsieur Ernés, 


sale en esta tarde misma 
para Portugal. Su casa, 
como no tiene tamilia 
deja cerrada. Me ha dicho 
que donde eStár busque. Alira 
si la desdicha ma\or, 
se iguala á nuestra desdicha, 
pues no tengo dond e estén 
nuestros hiios. 

Jac. No te aflijas, 

que para todo hay remedio; 
sin concurrir mi noticia 
nada harás y nuestros hijos, 
á quien te dé esta sortija, se la enseña 
entrega sin embarazo; 
mas te advierto, que no digas 
que eres mi Esposo. Esto importa. 

Cari. Pero qué piensas? 

Jac. Confias 

en tu Jacinta , en tu Esposa? 

Cari. Como en mi. 

Jac. Pues no me pidas 
te diga lo que has de ver; 
creé que ha de ser propicia 
nuestra suerte. 

¿ Carl. Amada Esposa, 
antes de todo examina 
la dura y cruel condicioa 
de mi Padre , y que eónspira 
contra ti todo su encono. 

No te expongas á sus iras, 
ni me expongas á que viendo 
te trata con tiranía, 
no me acuerde de que es Padre, 
y haga:::- 

Jac. Qué has de hacer? Olvidas 
el respeto que a los Padres 
deb'inos? Les autoriza 
sobre nosotros en todo 
la naturaleza misma. 

Mientras encuentres mas fuerte 
á tu Padre, mas rendida 
debe'lu veneración 
amarle : que al que se humilla 
Dios sabe elevar!e. En fin, 
nada temas, porque lidia 


A Suegro irritado , Nuera prudente. i 57 


con ana Nuera praxis 
q.,e á costa de su fatiga 
ha de lograr reducirte. 

Car/. Porque encuentres en tu misma 
ex periencia el desengaño, 
cedo, rnii) en U puerta pequeña 
Jac. Vete, Vete ai-sisa, 
cjuc nbveo csj pu^rtjj 
Cari. A Dios, 

mi bien, va se por la puerta grande 
Jac. A Dios, gloria mía. 

Va llegó , discurso mió, 
la oc-sion mas exquisita, 
cu que debes:::- Mas Don Pablo. 

Al menos, de algo me sirva 
su prometido favor. 

Sale Don Dable por la puerta pe- 
queña. 

Z>- Pab. ¡Oh , mi Señora Jacinta! 

N,> encuentro voces que expliquen, 
mi gratitud tan rendida, 
á lo mucho que os merezeo. 

Me permitís, que á Camila 
hable; mi. ñei pretensión 
la protejeis tan propicia, 
que no se qaé podre hacer 
para que mi agradecía 
voluntadles manifieste, 
que con, eficacia aspira, 
á com place ros. 

Tac. Sóbiendo; ,, 

Señor Don Pablo que a la hqa. 
de mi amo amáis para Esposa, 
me he obligado á ser. yo aiiSma, 
quien ayude una tan justa 
pietensi.on ; y pues mi dCh<t 
Vuestro favor me asegura, 
ho\ mismo de éi neo. sita 
el estado en que me hado. 

Mi pecho , que en vos confia, , 
os descubrirá un secreto, 
que solo á vos:;.: - 

Pab. Nada es sirva 

de embarazo. Nací noble, 


y serviros s dicita 
mi gratitud. 

Jac. Pues Señor, 

soy natural de Ca'tilla; 
casi en Madrid , y en Madiid 
enviudé ; (grande desdicha!) 
pero fue mavor quedar 
con dos hijos , que cumpli.u» 
uno quarro años , seis otro, 
y con pobreza crecida. 

Una Señora Marquesa, 
me trajo en su. compañía 
á esta Cuidad ; se embarcó 
para el primer Puerto de Indias, 
adonde su Esporo estaba; 
y quedé constituida 
en la miseria mayor. 

Supe ayer que mi amo hacia 
diligencia.de una Criada: 
le supliqué , y fui admitida; 
pero reservando siempre 
que era viuda , y que tenia 
mis dos hijos. De la.casa 
donde los dejé , me avisan 
no pueden tenerlos mas, 
y que los saque en el dia. 

No tengo donde llevarlos; 
y aunque me. causa infinita 
p.tn, y un dolor inmenso 
e_i ca rece r de su > i sta , 
qomo conmigo no pueden 
estar, es fuvrsa que es p da 
los recojáis , hasta que 
de Madrid tenga noticia 
de un hermano. A este favor 
05 qutdaié agradecida ¿ 
.eternamente : y mi llanto 1 
es quien mas os lo suplica. 

Pab. Esas lagrimas preciosa* 
suspended, señ< mia, 
pues me pedís una cosa, 
tan pequeña \ reducida, 
que me sonrojo Quisiera 
emplear mi propia vida, 
en vu srro obsequio. En mi casa 
(cuino cosas propias mías) 

vites ■ 


2¿o Comedia 

vuestros hijos estarán. 

Pero no, que ya me dicta 
lo que os estimo , una ¡dea, 
tan rara , tan peregrina, 
que á vuestro lado han de estar. 

Jac. Cómo? 

Pab. Sabéis la codicia 

de Don Blas; tengo un Criado, 
que todo lo falicita 
con sus enredos. Don Blas 
no hay duda , que los admita, 
según lo que se le informe; 
coa que asi , por conseguida 
dad esta idea, 

Jac. Será 

dar nuevo ser ¿ mi vida. 

Pab. Donde los niños están? 

Jac. Hallareis al que los cuida 
casa de Monsieur Ernés. 

Pab. Le conozco. 

Jac. Esta sortija se la. da. 

le daréis para seña!. 

Pab. Bien ; pues quedad advertida 
en que aqui los tendréis pronto. 

Jac. Seré muy agradecida 
á tal favor. Voy á hacer 
que os hable después Camila. 

Todo va como deseo: ap. 

albricias, fortuna, albricias, vase por la 

Pab. Id con Dios. ¡Feliz destino! iz%. 
¡Oh, qué gran dicha la mía 
en haber hallado tanta 
fidelidad en Jacinta?! 

Voy á buscar á Catarro 
para qae urda esta mentira 
de modo; que para creerla, 
dude el mismo a! referirla. vase. 

t . r , ? - " . • ' « í ! j •» 

Sale Catarro por la puerta grande de 
militar muy ridiculo como 
recelándose y acechando 
adentro. 

t 

Cat . ¡Qué embarazdo está un hombre 
quando vestido se mira 
muy contrario á su carácter! 


nueva, 

Yo mismo me causo risa. 

Moverme no puedo. Ei Conde 
de Zimbal , ya se aproxima; 
doy á este lado un p^seo, 
y líebo af otro la vista. 

Sale por la misma puerta el Coné 
de Zimbal. 

Zimb. Si un valiente Corazón, 
á quien fomenta la herida 
del ciego rapaz, podrá 
oscular las exquisitas 
diafanas , y amatnntas 
manes deja hermosa ninfa 
del olimpo? 

Cat. Voz , y acciones 
Je representan Marica, 

Zimb. Habéis visto á la abrasante 
de este Hercules Deyenira? 

Cat. Habíais conmigo? 

Zimb. Sí, 

Cat. Pues 

no entiendo esa greguería 

Zimb. Sois particular quizá, 

4- los fámulos que habitan 
esta casa? 

Cat. Otra te pego? 

(¡qué cosa tan femenina!) ¿¡P» 

Que si soy particular? ád 

,Zhnb. Esta es gente distraída 
del laconismo. Os pregunto 
si de la ultima famiíia 
domestica de Don Blas, 
sois trozo? 

Cat. Pregunta indigna! 

Pues mi trage , y mi persona, 
manifiestan , que yo sirva? 

Usted es un mentecato, 
y es menester que distinga 
de paramentos. 

Zimb. Señor, 

sosiego, y templanza, ¡Qué ira 
tan súpita! llené y confieso 
qae sois de gran gerarquia; 
y en lo frenético, en todo 

eput»* 


A Suegro irritado , 


opuesto á mi femenina 

dulcifica complexión. 

Cat. Y quién sois? y que os motiva 
á venir aqui? 

Zhnk. El respeto F‘ 

á responderle me obliga. 

Soy el Conde de Zimbal; 

y ten ya prometida 
por ¿bm misera consorte 
x la Madama Camila, 
que de la generación 
de Don Blas , es producida 

Cat^PX Conde de Zimbal? 


Nuera prudente, 3 5 9 

des morona quanto pilla; 
que al Ungaro Pompaduc 
no hay nadie que le resista. 

Zimb. Es verdad , mandad. 

Cat. Cuidado 

con la palabra ofrecida 
Zimb. ¡Oh , Don Blas! por Pompa*» 
vengo á perder a tu hi)2. 

Cat. Qué tal va? si ha sido un poco 
chusco , por Dios , que me pringa» 
Se hizo sin susto ; á pillar 
treinta doblones ; y viva 
la pepa , y si hubiere mas. 
que enredar , esta es mi vida. 


Cabalmente, á quien quería 
hablar. Soy el Caballero. 

Pompaduc; naci en U agria; 
veinte muertes tengo hechas 
por defender ofendidas 
muge res. 

Zimb. Veinte? 

Cat. Y la vuestra 

que está para hoy prevenida. 

Está sentida de ves 
Madama Violeta ; aprisa 
habéis de ir á consolarla, 
y hacer que mire cumplida» 
promesas que la habéis hecho, 
porque aunque es moza perdida, 
tiene su cacho de honor. 

Si aqui b^lveis, por la viga 
de Mahotna, que os de tantas 
cuchilladas, que::- 

Zimb. Horroriza temblando. 

tal proferir! Mi corpórea 
Maquina, expuesta á una herida 
frenética? Ya me siento, 
tribuíante? Yo , en mi vida, 

Monsieur Pompaduc, aqui 
bolveré. Ya está excluida 
esta boda , ¡Oh, protector 
de las violetas marchitas! 

Cat. Pues mi amistad, esta mano, se la da 
Señor Conde,la confirma./ le aprieta. 
Zimb. Hay! hay! 

Cat. Esta es mano de Oso; 


Sale Don Pablo por la puerta pe- 
queña. 

Pab. i Dónde vas con ese trage. 

Catarro ? 

Cat. Pregunta linda! 
á trabajar por usted. 

Zambal se perdió de vista 
ya de estos barrios. Y usted 
negoció con su Camila? 

Pero pasos siento. 

Pab. Entremos, 
me dirás tu fechuría, 
y te diré lo que pasa, 
que hoy en tus enredos fia 
mi felicidad. 

Cat. Si hay mosca 

haré mas que Celestina. 

Vanse por la puerta pequeña y sale 
Camila. 

Caín. Este diablo de Pintor 
quando dispondrá casarse 
conmigo , que ha un quarto de hor* 
que no me ve , ni me tañe. 

Y el buen Conde de Zimbal, 
si querrá que se despachen 
lascosas de nuestras bodas 
hoy también? No hay que cansarse, 
porque el que llegue primero, 

fe* 


Comedla nueva 


260 

feliz será en agarrarme. 

En estando una muger 
casada, si acaso sabe 
contentar á su marido, 
hace quanto quiere, sale, 
entra , habla con todos , bavla, 
canta , juega , y se complace. 

Baya, que será una vida 
Ja mas dulce y agradable; 
pero dicen que también 
hay sus palizas. Las carnes 
me tiemblan aun de decirlo; 
pero esto es un disparate, 
que yo sabré al pobrecillo 
con mis mañas engañarle. 

Voy á que Jacinta sepa 
un pensamiento tan grande. 

Yase por la izquierda , y sale por la 
puerta pequeña Catarro de 
militar como antes , 

Caí. Para formar un enredo 
no hay uno que se me iguale; 

Pero como? unos enredos, 
que el Diablo que los desate. 

Y esto, pregunto., en qué tiempo? 
respondo que en un instante. 

Y si no vaya un exempío, 
que con verdad lo declare. 

Didme Don Pablo noticia 
del raro, exquisito lance 

de los hijos de la criada 
de Don Blas, y que importante 
era traerlos á este, 
v que los admita. El arte 
desembolvi de mis trampas, 
y hallé en el primer romance, 
el medio. Me puse en solfa, 
y voy prompto como el avre 
á conducir los chiquillos 
por la señal que ha de darse 
de esta sortija. El Don Blas, \ 
hará lo que se le mande 
si hay interés. Le conozco 
y él á mi no, que es bastante 


útil para el caso , con que 
es fuerza que se la trague. 

Vase por la puerta grande , y por ]* 
pequeña sale Don Pablo, 

Pab. Discurrid Catarro el cómo 
facilitar que aceptase 
Don Blas los niños con tanto 
acierto, que ha de lograrse 
sin dificultad. Marchó 
por ellos y para darle 
esta noticia á Jacinta, 
y que me proporcionase 
ver á Camila, quisiera 
hallarla. Mas Don Blas sale. 
Bueívome adentro hasta que 
mejor coy untura halle. 

Se entra por la puerta pequeña, y 
Sale Don Pías por la iz- 
quierda, 

Pías. Esto ha de ser sin remedio; 
ya tengo echadas mis quentas, 
y me está bien. Su virtud, 
su hermosura , su prudencia, 
su aseo , su buen pensar, 
y su honestidad, son prendas 
las mas amables. Su edad 
es la mejor, que aun no llega 
á los veinte y ocho años. 

Qué dirán? Que amor me ciega; 
yen mi edad? Eso no importa; 
porque el arxior no feserva 
edades y no es la mía 
tanta, porque ayer setenta 
años cumplí. Si Jacinta 
me tendrá amor? Si habrá en ella 
repugnancia? No por cierto; 

Quién tal disparate piensa? 

Me quiere mucho; me mira 
con agrado. Ella me templa 
mi genio altivo ; y de modo 
mis intereses maneja, 
que puede su economía 

agra- 


A Suegro irritado 

agradar á cualesquiera. 

La dotaré? eso es preciso. 

Y en quinto? En lo que ella quiera. 
•Qué vida tendré: El audaz 
de mi mal hijo, á mis puertas 
\*a no bolvera. A Camila 
ía tengo ya hecha Condesa 
de Zimbal ; se ira á su Casa, 
y quedo libre de pelmas 
con mi adorada Jacinta. 

¡Oh , qué caricias ; qué tiestas^ 
me hará! me pondré muy gordo, 
me remozaré con ella, 
pues me dirá mono mió, 
palomo, á quien mi alma aprecia, 
duérmete,' que mis arrullos 
mientras tu descansas velan. 

Ya parece que me veo 

en ello! Pues no, dispuestas 

las cosas han de quedar 

hoy mismo y sienta el que sienta. 

Sale Camila por la izquierda. 

Cam. Padre , Padre. 

Blas. Di. qué traes? 

Cam. Pues es una cosa buena, 
que con el Conde Zimbal 
usted casada me tenga, 
y no me haya dicho nada. 

Blas. Muchacha, á tu quarto te entra, 
y no me inquietes. 

Cam. No andemos, 
padre mió, en frioleras. 

Si usted me quiere casar, 
es preciso que yo sepa 
quién es el novio , porque 
si es que á gustarme no acierta, 
pueda yo por otra parte 
practicar mis diligencias 
para hallarle como quiero, 
no como á usted le parezca. 

Ya tengo ojeado otro, 
y he de atraparle. Esta gerga 
la entiendo muy lindamente 
y usted no quiere la entienda. 


, Ruera prudente. a 6 x 

Blas. Habrá simpleza mayor: 

Marcha de aquí , ó la cabeza 
te rompo. Marcha, sale Jacinta. 
Jac. Qué es^esto? 

Blas. Jacinta, nad?, ¡Que tenga ap. 
tal dominio en mi , que apague 
mi furor solo con verla! 

Cam. Es mucho, Jacinta, es mucho. 
Blas. Bruta , calla. 

Jac. Asi impacienta 

usted. Señorita, á Padre? 

Callad, no veis que se arriesga 
su vida tan importante, 
dándole que sentir? 

Blas. Vean 

qué modo este, para que 
no me vuelva una jalea. 

Caví. Qué bravo par de danzantes ap. 
es mi Padre y la Doncella. 

Sale Catarro por la puerta grande 
trayendo de la mano a Pe~ 
r i quito , y d Juamto. 

Cat. Este mundo es una bola, ap 
que al dia da tres mil bueltas. 

En un punto mis enredos 
mi carácter diferencian. 

Fui tunante , pintor , y 
Pompaduc ; mudé la scena. 
y soy ayo ó pedagogo. 

Cuidado con mi advertencia. 
Periquito. 

Periq. No diré 

que es mi madre aunque la vea. 

Cat. Eso, que si no habrá azotes. 

Este palabra ni media por el otro nino. 

habla todavía: solo 

este es quien hace que tema. 

Mas alii Don Blas está, 
su hija, y la criada nueva, 
madre de los niños. Demos 
principio de esta manera. 

Pía de casa. sale 

Blas Qué se ofrece? 

Jac. Mis hijos ¡Ay i como ocultándose 

Cat. 


* 


1 6» 

Cat. Vive en esta 

casi Don Blas de Camargo? 

Blas. Yo soy. 

Cat . Sea en horabuena. 
r«:. Sí me hablará Periquito! 

Que este riesgo no advirtiera! 

Cat. Decidme, Señor Don Blas, 
trabaja en la casa vuestra 
un Pintor famoso , que 
hace poco que á esta tierra 
vino de Madrid? Discurro 
que se clave con mi arenga. 

Blas. Si Señor , empezó ayer 
á pintarme esa vivienda. 

Cat. Favorecedme en decirle. 

Señor Don Blas , que le espera 
el gran Mayordomo , y 
Secretario en una pieza, 
del Barón de Tutiplén, 
que solo verle desea. 

Blas. Esperad. Gran Mayordomo ap. 
y Secretario? Me peta. 

Jac. Ya Periquito me vio, 
y no me habló. Su agudeza 
es mucha, pero para esto 
quizá que advertido venga. 

Cam. Es un trozo el mayordomo 
admirable! ¡Oh , si tubiera 
yo un marido asi! Qué gordo! 

Será todo una manteca. 

Blas. Ola , Pintores. 

Pab. Quien llama? 

Blas. Salga el principal afuera. 

Pab. Qué me mandáis? Ya Catarro af. 
su enredo entablado deja. 

Blas. Ese Cavallero os busca, 

Cam. ¡Oh, mi Pintor! Me embelesa af. 
su garbo! 

Pab. Qué es lo que veo? 
vos, Señor, en esta tierra? 
y Usías también? Los brazos 
me dad; qué venida es esta? se abraz. 

Ca(. El Barón de Tutiplén 
mi Señor, pasa á la nueva 
España de Comandante, 

¿ una expedición secreta. 


Me adelanté una Jornada 
con los niños , porque mientra* 
llega su Excelencia , yo 
le tenga la casa puesta 
en esta Ciudad , pues quiere 
estár algún tiempo en ella. 

Como os conoci en Madrid, 

y es la posada molesta 

para que sus Señorias 

estén con toda decencia, 

me acordé de vos , y haciendo ; 

por ía Ciudad diligencias, 

supe que estabais aquí. 

Y supuesto os hallo, es fuerza 
busquéis casa principal 
adonde los niños puedan 
estár conforme al sublime 
carácter de su grandeza. 

Y el que los admita creed, 
que tendrá por recompensa 
un tirulo porlo menos. 

ó tal vez una encomienda, 
que el Varón de Tutiplén 
nunca obró de otra manera. 

Blas. Quéfortunaladc este hombre!^. 
¡Qué esto á mi no me suceda! 

Jac. El enredo es peregrino af. 
hasta aqui. 

Pab. Confusa queda 

la voluntad que os profeso. 

Señor, con lo-que me ordenas. 

No tengo conocimiento 
que digno hospedage sea 
de sus Señorías , pero 
si el Señor Don Blas quisiéra:::- 

Blas No paséis mas adelante. 

Mi casa, toda mi hacienda, 
digo es dei'Señcr Varón 
de Tutiplén. 


Cat. Qué te quemas! 

af. 

Pab. Pegó el enredo! 

ap. 

Jac. Ahora sí 

af. 

que es ya mi fortuna ciertaí 


Blas Entren Usias. Qué lindos! 

f 

Míralos Camila ; llega, 



Jacinta: denme un vesiio 


Comedia nueva, 


af. 


af. 


A Suegro Irritado , 

• -» * ios besa. 

Usías. 

Cam. Criaturas bellas. 

Jac. Preciosas! 

Blas. Señor, teñe» 

esta casa ya por vuestra. 

£at. ¡Oh , Señor! yo os agradezco 
tinas heneas tan completas. 

Creed que el Señor Varón 
lo agradecerá. Son estas 
hijas? ‘ 

Cam. Esta es la criada, 
yo la hija , por mas señas 
que hoy me caso. 

Blas. Calla, bruta, 

Cat. Dejadla. 

Blas. Que seas tan bestia! 

Cat. Ese Reíos guarnecido 

¿¿brillantes, digno sea se le da a La, 
de vuestro lado. Don Pablo ap. 
esto me mandó , que hiciera; 
y no me pesa , que en fin, 
en casa todo se queda. _ ^ 

Este de oro tomad vos d Jacinta. 
Cam. Qué bonito , y como suena. 

Pab. Hay tonta adorada mia, 
que me hechizan tus simplezas! 

Jac. Yo os estimo, Cavallero, 
este favor , o fineza, 
sin mérito mió. 

Cat. Le hay. 

Jac. Quál es? 

Cat. El que yo os merezca 
cuidéis los niños. 

Jac. Lo haré, 

como si mis hijos fueran. 

Pab. Bien lo creo. a f- 

Blas. ¡Oh , mi Jacinta • 

las voluntades grangea 
de todos , i mas puede darse 
generosidad como esta? 

Hoy todo es felicidades 
para mi. De estos se pesca 
para nuestras bodas. Oyes 
Camila , Jacinta , ea, 
cuidado: a sus Señorías 
se traten como á mi mesm» 


Nuera prudente. *63 

persona. Dígame Usía; 
como se llama? 

Cat. No tenga 

Usia temor, responda. 

Periq. Periquito. 

Tac. Hay dulce prenda! ap. 

Pab. Y qué bello! habla con gracia. 

Cat. Pero con mayor se enreda . 

Don Blas. a P m 

Blas. Y de quien es hijo? 

Periq. De Varón. 

Pab. Qué gran respuesta! 

Cat. Si yo no se la enseñera ap. 

.seguro que la supiera. 

Cam. También serán de Varón 
mis hijos, quando los tenga. 

Blas. Señor, adentro venid, 
vereis la casa, 

Cat. Lo acepta 

mi atencion.Ba bueno? ap aD. Pable 
Pab. Lindo; 
se clavó. 

Cat. Pues que se muera. 

Jac. Admirada estoy de ver ap. 
una tan feliz idea, 
y tan rara y propia. 

Blas. No, 

no andemos en etiquetas, 
entre usted. ^ 

Cat. Usted primero. 

Blas, Los niños el medio sean. 

Entren Usías , de gozo, ap. se entr. 
estov loco í vamos. 

j 

Cat. No entra 

usted? d D . Blas 

Blas. Si Señor , venid. d D. Pab' 
Cat. Y viva quien tanto enreda, ap 
que admitidos los chicotes, 
es muy preciso que teman 
mis bromas , Don Blas , Zimbal, 
la tonta y la alcurnia mesma 
del Varón de Tutiplén; 
pues no admiten competencia 
los enredos de Catarro, 
aunque un Demonio viniera. 

JOR- 


! 

I 


i 

: 


! 


► 



264 Cernidla 

JORNADA TERCERA, 

Sale Don Pablo y Don Carlos por 
la puerta pequeña. 

f . . . 

J *ab. Otra vez Don Carlos , sean 
mis brazos los que consigan 
aumentar el sumo gozo 
de conoceros. 

Cari. Mi dicha 

logra en ellos el enlace 
de una amistad la mas fina. 

Pab. Si antes vu:stra.amada Esposa, 
y mi Señora- Jacinta, 
condado de mi hubiera 
este secreto, yo habría 
antes tenido el honor 
de emplearme en la fatiga 
amable de reducir 
ú vuestro Padre , y serian 
por anticipadas, mas 
las satisfaciones mías. 

Cari. El duro , el terrible genio 
de mi Padre, que conspira 
(pues ya todo lo sabéis) 
contra mi Esposa querida, 
con el encono mayor, 
sin duda motivaría, 
que ocultase este secreto, 
dándoos solo la noticia 
incierta de que era viuda, 
y el estado en' que veía 
nuestros tiernos hijos; mas 
pues se logró los admita 
mi Padre en su casa , por 
2a maxitna peregrina 
de Catarro, no sé ahora 
qué arbitrio , qué medio elija 
tan poderoso, que logre, 
no solo ver reducida 
la condición de mi Padre 
tan en sumo grado altiva, 
sino que todo termine 
como anclan mis fatigas. 

P ab. Ya os advirtió vuestra Esposa, 


nu$V4 % 

que nada se haga ni diga 
sin su aviso , porque tiene 
nueva traza prevenida, 
que rodo lo facilite. 

Catarro , que es quien inspira 
los enredos y los hace, 
habió después con Jacinta, 
y nos dixo, que al instante 
en practica á poner iba 
con vuestro Pidre una idea, 
que entre los dos d¡«currian. 
Ahora están con éi, conque 
parece cosa precisa 
se suspenda toda acción 
hasta ver si nos avisan. 

Cari. Decís bien. 

Pab. Y sobre todo, 

aun quando nada consigan, 

¿qué teméis? No sabéis ya 
quién so\? 

Cari. Pe que es la familia 
principal de esta Ciudad 
la vuestra , y que está muy rica 
vuestra casa. 

Pab. Pues sabed 

también, que «i se examina 
que vuestro Padre tenaz 
subsiste en su error, y olvida 
su obligación, para nada 
es preciso: dividida 
mi hacienda en dos partes , una 
será vuestra, y'otra mia; 

Y creo habrá suficiente 
para una vida tranquila: 
y esto, Carlos, no penséis 
que es oferta producida 
de Jo que á Camila amo; 
que aunque no quiera Camila 
casarse conmigo, que es 
á lo que mi amor aspira, 
como sabéis ,1a experiencia, 
no de uno, de muchos dias, 
os hará ver la lealtad 
de un amigo que os estima. 

Cat. ¡Oh , Don Pablo! Reconozco 
tal fineza! Me captiva 


vues- 


A Suegro irritado , Nuera prudente. * 

~ Con que os aseguro, qoe 

en estos tiempos se embidian 
tales mugeres. 

Cat. Es cierto. 

Aora encaja bien la urdida ap» 

traza entre Jacinta y yo: 
doy pues principio. Esta silla 
ocupad : yo esta : y pues se sientan 


vuestro proceder , y admiro 
vuestra amistad, porque hoy día 
si faltan los intereses, 
las amistades se olvidan. 

Mi hermana , según mi Esposa 
nos dijo, está persuadida 
á ser vuestra. En este lazo 
viene á ser mia la dicha, 
pues un hermano me da 
de circunstancias tan dignas. 

Mas ruido allí siento. 

Pab. Pues 

hasta que Catarro diga 
lo que se ha de hacer, es fuerza 
que esteis oculto. 

Cari. Me obliga 
vuestro favor. 

Pab. Es de hermano. 

Cari. Feliz quien de él participa. 

Se entran por la puerta pequeña ; 
por la de la izquierda sale 
Ibón Blas y Catarro. 

Blas. Los Señoritos están 
como si toda su vida 
se hubieran criado en casa. 

¿No ve usted como se inclinan 
á Jacinta? La aman como 
si fuera su madre misma. 

Cat. Y no se engañan , porque 
les hace tantas caricias, 
que la Señora Barona 
nunca asi se las haría. 

Blas. Aunque Jacinta es criada, 
sabed. Señor, que Jacinta <- 

es:::- 

Cat. La madre de los niños, ap. 
y de tu hijo Esposa. 

Blas. Linda 

criatura , y sus virtudes 
son tan amables, que admiran. 

Su hermosura, ya la veis, 
su honestidad, preferida 
debe ser á la de Porcia, 
y Lucrecia , siempre invicta*. 


en vuestra amistad confía 
mi pecho, quiero fiaros 
cierta cosa, que es nacida 
de mi conciencia , seguro 
de que en quanto el caso pida, 
á vuestro favor tendré 
de mi parte. 

Blas. En lo que os sirva 
mi inutilidad , ofrezco 
emplearía. 

Cat. Está admitida 

esa palabra. Ahora vnmot 
al caso. De unas malignas 
calenturas, que en Madrid 
me dieron, no ha todavía 
quatro meses, cai en cama. 
Por mas que la medicina 
con los malditos brebajes 
de sus recipes, quería 
cortarlas, mas se increparon; 
y reiterando fatigas, 
nauseas , angustias, delirios, 
me pusieron á la orilla 
del Sepulcro, Ya no daban • 
un comino por mi vida. 

Blas Fuerte lance! 

Cat. ¡Oh , es el mayor! 

Yo viendo que me moría, 
hice una promesa-loca, 
si Dios á darme boma 
la salud. 

Blas. Pues qué ofrecisteis? 

Cat. No es nada: una niñería. 
Ofrecí en estando bueno, 
casarme ; ya se vé , veía 
morirme, mas no advertí 
en que era una cosa misma 
morirme , y casarme. 


Blas. 


<2 66 Comedia 

Blas. ; Oh , ro 
tanto. 

Cat. No tenéis sabidas 
las reglas de los casados 
como yo, pues que publica 
eso vuestra voz. 

Blas. Yo he sido 

casado una vez , y aun chilla 
por casarme otra mi amor. 

Cat. Una vez? Qué tiñería! 

Yo llevo siete mugeres, 
y aun no entiendo la cartilla. 

Blas. Siete! 

Cat . Siete , si Señor. 

Blas. Pues si sois mozo. 

Cat. Se apiiea 

mi amor tanto a amarlas , qu® 
las despacha en quatro dias* 

Blas. Fuego y que amor* 
at. En efecto, 
fue á lo dicho reducida^ 
mi promesa , y a que ruess 
inusier pobre la elegida; 
pues teniendo yo caudal 
para gastar mientras viva, 
quise fuese mi promesa 
en esto mas exquisita, 
que hoy aquel que tiene mas, 
casar por mas solicita;^ 
sin mirar , que al matrimonio 
tío ha de obligar la: codicia, 
sino el amor y virtud 
que á la consorte hace rica. ¿ 
Blas. Eso es verdad , bien pensáis. 
Todo en Jacinta se mira. 
para dejarla, he? Deseo 
verla, para el sí pedirla. 

Qat. Por ultimo, hoy mismo quiero 
dejar mi conciencia limpia 
de esta carga. Hoy solicito 
casarme , y porque cumplidas 
mis esperanzas se vean, 
y tengáis parte en mis dichas, 
os elijo Embajador, 
que á mi amada nobia pida, 
para que vuestra agudeza 


ttU£V4 , - 

persuadiéndola me sirva. 

Blas. Os di mi palabra , y ya 
estoy muy pronto í cumpliría: 
decidme, quién es la nobia. 

Cat. Quién será sino Jacinta? 

Jacinta es á quien amo, 
aun mas que á mi propia vida. 

Ya la pildora tragó: ap. 

veremos como se explica. 

Blas. Decís mi criada? 

Cat. Pues. 

Blas. Jacinta decis? 

Cat. La misma. 

Qaé os -conturba? Ella ha logrado 
ser llamada y escogida. 

Cómo se mosquea! ¿p. 

Blas. Este hombre up. 

pretende la muerte mia. 

Ved , que esa criada es::;* 
yo no sé lo que le diga. up. 

Cat. Mi esposa futura , y vos 
el- que h¿bets de reducirla, 
ya lo entiendo. 

Blas. Este Demonio a P' 

vino aqui por mi desdicha. 

No digo eso, sino que 
mireis:::- 

Cat. Ya la tengo vista, 

y me agrada ; habladla al punto 
y traedme la noticia, 
que con el Pintor espero, 
y os daté buenas albricias.jr levantan. 
Qué ral queda! Aora veremos af- 
como obra la medicina. 

Se entra con ¡trisa por la puerta 
pequeña. Don Blas, se levan- 
ta inquieto. 

Blas. Esperad , esperad ved:::- 
Se entró , y cerró. Hay picardía 
. mayor que esta! No tan solo 
quererme quitar mi m¡sma 
amada prenda , sino 
pretender también que su va 
yode alcahuete? Per Christo 


A S'.íC&VQ ItYlt ¿icio 
que si la* narices se Hinchan, 
al M .iv ordomo y Ies unos 
Ies romperé bs costillas; 
y ai B.-.ron , y a la Barona 
de Tutiplén. ¡Quéosadia! 

Alas Don Bias , vamos despacio. 
¿Despacio? No sino aprisa; 
que si me descuiuo, puede 
éste Diablo aimondigufila, 
soplarme [a Dama. Á pronto 
accidente, ejecutiva 
Curación, l odo consiste 
en ver al punto á Jacinta, 
hacerla que me de el sí, 
desposarme en "ia hora misma, 
y el maldito Mayordomo, 
cae baya al infierno, y pida 
allí una nobia. Al instante 
voy á hacerlo. 

Cantina acia la puerta de la izquier- 
da. Por la grande sale el Con- 
de Zi nbal recelándose , 
y Don Blas se de- 
tiene. 

Zhnb. Si me atisba 

el Ungaro Pompaduc:;:- 
Pero Don Blas. 

Blas. Quiere Usía 

algo de importancia , porque 
tengo eos s muy precisas 
que evacuar? 

Zi>nb. Rapi lamente 

esta comisión se explica. 

La contrata del conyugo 
vinculo , que contraída 
está entre vuestra segunda 
generación, y mi opima 
corpor atura; anulada 
queda, deshecha y perdida? 
porque no quiero exponerme 
á que una sulfúrea herida 
de Pompaduc , el aliento 
de esta maquina divida. 

Blas. No he entendido una palabra 


Nuera prudente. ^ 267 

de cjuantas ha dicho usía. 

Después , Después me haré cargo. 

Quiere irse y Zimballe detiene. 

Zinb. ¡Oh, no escuchad por mi vida. 
Blas. Este Demonio de pelma ajp. 
me faltaba. 

Zhnb. En fin, me obliga. 

Señor Don Blas de mi alma, 
mi dueño , y prenda querida, 
carísimo amigo , y Padre 
de la Señora Camila, 
á quien mis obligaciones 
adoran por simpatia:::- 
Blas. Señor, con dos mil demonios, 
que me dexeis. 

Zhnb. Ved, que estriba - 
ia candidez rubicunda::- 
Blas. Qué rubia ni que amarilla. 

soltadme. forcejeando. 

Zhnb. Escuchad por fuerza. 

Blas. Soltad 6 sino por vida:::- 
Zirab. Suegro frenético! le suelta. 

Sale Catarro por la puerta pequeña. 

Cat. Haveis 

Don Blas hablado á Jacinta? 

¿Qué ha dicho? La verdad. Baya 
será cosa que reciba 
la en hora buena? 

Blas. Otro Diablo? _ 

Parees que se conspira 
todo contra mi. 

Cat. Decid. 

El Zimbal como trie mira. ap. 
Don B as no sabe que hablar. 

Qué fio liras para encima 
d; una chimenea! 

Zhnb. ¡Oh , Dios! temblando 
jOh , Surgió inflexible! ¿incitas 
á este monstruo, ó can cervero 
contra mi? 

Blas Por Dios delina 
este macho > ó yo esto' 


268 , Comedia 

Zitnb. ¡Oh , Pompaduc! de tu vista 
huiré, se va por la puerta grande. 

Blas. Yo también , que un loco ap. 
y un Mayordomo rae irritan, vase 

Cat. ¡Qué tal van los dos compadres! 
Ahora testa haga Jacinta 
la parte segunda , que es 
lastimosa y compasiva. 

Mas de todos mis enredos 
aun no he tomado propina,, 
y esto no me gusta mucho; 
pero aquí viene Camna. 

Sale Cam. ¡Oh, mi Señor Mayordomo 
de mi alma! 

Cat. ¡Oh , Señorita 
de mi corazón! 

Cara. Jesús, 

que fresco estáis! Dios vendiga 
ese bandullo. Me gustan 
los hombres de tal barriga. 

Cat. La Barriga , y quanto valgo 
todo , señora, se inclina 
á serviros. 

Cam. Ya se vé, 

me queréis mucho. Soy linda: 
mirad que hermosura. 

Cat. Baya, _ a f. 

que la Camila me obliga 
á un disparate! 

Cam. Teneis 

una bella prespectiva! 

Acercaos. 

Zimbal por la puerta grande Mée* 
chanco. 

Zimb. Aquí está el caos 
de esta Babilonia exquiva. 

Cam. Qué miro? Zimbal del alma! se va 

Cat. Zimbal? El es. d él. 

Zzmb. Quita , quita. 

Sirena, que con tus voces 
engañas quando ccmbidas. 

Cam. Yo te cembido á casarnos, 

B ¡ya , qué haces? No te arrimas? 

%lnb. ¡Oh , fuerza ignota de aquella 


nueva, 

de y dad , que ñechéa , y vibra 
punías dulcificas , que 
fuerzas gigantes derriba! 

Cat. Voy arrojarle deaqui. 

Buen Zimbal, qué busca, diga? 

Sepa que esta mi señora, 
tiene Dueño que la sirva, 
y yo á estocadas::- empuña y Zim- 
Zimb. Monsieur, bal tiembla. 

todo el cuerpo me tirita! 

ya me voy. vase por la puerta gran. 
Cam . Pues Mayordomo, 
á Zimbal, tu conocías? 

Cat. Y mucho. 

Cam. Luego me amas? 

Cat. Y que un hombre esto resista ap. 
por ser honrado! ¡Oh, Don Pablo, 
tu la fortuna me quitas! 

Le llamaré , que. con ella 
yo solo , puede una chispa 
de su fuego, hacer que::: Espera 
que salgo al instante, entrase por la 
Cam. Mira:::- puerta pequeña. 
Que gusto! ya tengo tres 
que me aman y no quería 
mi Padre, que me casase. 

Como me injenio! Soy lista. 

Sale Don Pablo por la misma 


Pab. Catarro me ha dicho estaba 
sola á qui:::- Camila mia? 

Cam. Pintor amado? Qué haces? 
qué dispones? tu te enfrias 
en nuestra boda. Las cosas 
de casamiento , prontitas; 
que en casándonos tendré 
mil paseos y visitas. 

Pab. Qué amada simpleza! atienda,. 
Las cosas ya prevenidas 
las tengo ; nos casaremos 
hoy mismo.,. y esto lo afirma; 
esta mano. Toma. 

Cam. Daca. 

Jesús qué suave , y lisa! 



A Suegro irritado 

Que re y ¡tas! como buhe 
U sanare! Si podré oírla 
correr por las venas.' Sí; 

Asi hace: ta, ta, 1:, la. 

Pab. ¡Oh , sinceridad amable! _ 

Sale Cat. Buena va la danza! linda! 

La Camila en viendo á un hombre 
se pega como ladilla. 

Qué es esto? Camila a! punto 
de este sitio te retira, 
ó llamo á tu Padre. 

Cam. Dejar 

el Demonio del Pancilla. 

Cat. Marcha. 

Cam . Y o no quiero marchas, 
sino solo estas cosiílas. 

Cat . No te -va sí* 

Cam. Si , ya me voy 
Cavallete de guardilla. 

Va se por la izquierda haciéndole 
gestos. 

Cat. Don Carlos manda te llame; 
tras de mi salir podia, 
y hallarte de esta manera. 

Pab. Bien , Catarro , lo meditas, 
aunque \a todo ¡o sabe. 

Cat. Ven y oyrás cosas divinas. 

Vanse y por Id puerta grande sale 
Zimbal recelándose . 

Zimb. No rompiendo la contrata 
obligatoria , que ordena 
que de mi corporatura 
Camila fiel dueño sea, 
y \o del Dedico harpon 
de sus ojos amo, queda 
con su valor y no puedo 

, ser dei Cielo de Violeta, 

Hercules , cu as ergidas 
fue z s m ignas le sostengan; 
y menos dar á Monskur 
de PíJsu.paduc , .roda aquella 
s-di-Ccroiu obfacioa 


, 'Nutra prudente» 269 

que pide su Ígnita, ñera 
horrorosidad. Al solo 
contacto , que me hizo en esta 
diestra mano con la suya , 
la oorimió de tai manera, 
que una contusión maligna 
rápido causó. Y si esta 
ferocidad fue de amigo 
¿de enemigo como fuera? 

Tremulante en acordarme 
de él estoy , y no quisiera 
que aquí me hallara. Don Blas, 
Suegro veútre , no llega 
á este ámbito. Boiveré 
ei» hora que hallarle pueda 
v rompiendo la contrata, 
disuelto este lazo queda. 

Vase por donde salió. Por la puer- 
ta pequeña salen Don Carlos , 

Don Pablo y Catarro. 

Pab. Veis como Catarro ha hecho 
un enredo , con que es tuerza 
que respeto de lo que ama 
Don Blas á la Esposa vuestra 
inste en su pretenden, dando 
eu esto mas grande fuerza 
de Jacinta al pensamiento 
para qne con el se venza? 

Cari. Es constante ; á mi me admira # 
Catarro , tu sutileza. 

Cat. Pues mi Señora Jacinta 
no es rana. Ya es buena pieza. 

Yo hasta aquí de mis enredos 
no he visto ni una moneda 
por retribución ; y creed -'C 
que si el dinero anduviera, 
vierais prodigios , porque ei 
administra á las cabez ,s 
como la mia, unas cosas 
que ni aun les Magos li deran. 

P.d. Calla ; y cree que no será 
la set’sf cn'n pequeña 
Cari. Y qué hacer ahora debemos? 
Cat. Pata que todo íenezca ^ 


2 7 ° 

dichosamente , es preciso 
ver las resultas postreras 
de la Esposa , y Padre vuestro, 
que de mi enredo se esperan, 
y creo termine iodo 
felizmente. En esa pieza 
aguardar debemos ; pero 
pronto adentro, que se acercan 
aqui los dos. Yo saldré 
después , y sabré::- Que llegan. 

Cari. Qiiando, fortuna, tendrán ap. 
fin mis ansias , y miserias! 

Pab. ¡Oh, .Camila! tu amor quando 


Comedia nueva, 

que pretende ser dichoso 
por ti? 

Jac. Cómo? Estoy dudando 
lo que oigo! La honestidad 


dará ai mió recompí 


nsa i 


t>/ 


señor, ya habéis olvidado? 

Blas. ¿Pues qué-quieres que haga si 
ves que me estoy abrasando? 
Permite, Jacinta , que 
esta nieve apague un tanto 
mi amante luego. 


La 


Se entran por la puerta peqneña , y 
salen por la izquierda Don 
Blas y Jacinta. 

Blas. No puedo, Jacinta, mas; 
tengo bien reflexionado 
este punto, tus virtudes 
y belleza en que me abraso, 
hacen que:::- 
Jac. Jesús! que hacéis? 

Asi habéis abandonado 
vuestra prudencia, señor? 

¿Adonde está el grande encargo 
que me hicisteis de lo honesto? 

Solo aspiráis á mi daño. 

¡Oh , Señor! con separarme 
de vuestra casa , y dexaros, 
evitaré los peligros 
que miro me están cercando! 

Viento en popa va mi dicha; ap. 
ver solo este efecto aguardo. ~ 

No me seduzcáis , señor, 
dexadme ir, que mi Uanto:::- 
las. Jacinta mía, qué dices? 

¿Yo seducirte, yo, estando 
amándote mas que á mi? 

¿Irte de mi casa , qnando 
sspiro á que te afiances 
taato en ella en otro estad», 
que seas su dueño como 
lo eres de este pobre amo. 


toma la mano , ella, hace 
quiere separarse , y sale 
Catarro con mala ropa y 
un cubo por lapuer- 




ta 


pequ 


tena , 


Jac. Soltad. 

Blas. No puedo , por mas que hago, 
Cat. Adonde se toma el agua 
para hacer cola? 

Blas. Hay abaxo, 

Ei Demonio dei Pintor 4p, 

con lo que sale! 

Cat. Muy brabo ap. 

va ei negocio; mientras mas 
Jacinta con sus alhagos 
y reflexiones le encienda, 
mas bien caerá en este lazo 
su suegro, entrase por la puerta gt 
Jac. Mirad , señor 

como por ser temerario 
y huir de la honestidad, 
me exponéis, 

Blas. Está acabado 

todo , con que de el remedio, 
el mismo que causó el daño. 

Jac, ¿Cómo ha de ser eso? 

Blas. Cómo? 


Registrase los bolsillos como 
busca algo. 

Allí dentro la he dexado, 

sin duda; espera, que al punto 

vuelvo. 


Sp 


A Suegro irritado, Nuer * prudente , 


«71 


Se entra por la ezquierda } y sde 
Catarro por la derech . 

Cat. Señora? 

Tac. Catarro, 

entra, aprisa que y sale; 
y di á Don Pablo , y mi Canos 
cus estén contigo á la vista 
de este lance ; á ti te encargo 
que lo bayas disponiendo, 
seaun bayas observando. 

Cara. Asi se hará, que allí ocultos 
todo esrarémos mirando, se entra. 
Tac. Este es el momento en que 
ó he de ver facilitado 
mi deseo 6 para siempre 
este empeño abandonado. 

Sale Don Blas con una llave en 
la mano. 

Blas. Ya estoy de vuelta, Jacinta: 
oye ahora 

A la puerta pequeña Don C arlos ;Don 
Pablo y Catarro de militar . 

Cat. Alli están ambos, 
ver , cir , y callar. 

Pab. Ya 

es este el ultimo pfazo. 

Cari. Y si nada se consigue 
con él , no sufro mas, Pablo. 

Cat. Esté entre abierta la puerta 
no nos vea, y Heve el diablo 
todo el enredo. *° nace. 

Blas. Jacinta, 

la ilabe de mi despacho 
es esta , toma se la da. 

Jac. Y con ella 

qvé mandáis que haga? 

Blas. Despacio. 

Mi Jacinta , yo te quiero; 
sin ti no tengo descanso. 

B»xq de essa llave f están 


los cau nales qu. 


ha i anta 20 


mi aplicación , m: comercio: 
todo es tuvo. Esto sentado, 
torna posesión , dispon 
como dueño , solo aguardo, 
que me admitas por tu Esposo, 

Soy hombre de bien, mi maco 
lo acredita. 

Cat. Cada vez 

se pone mejor el caso. 

Jac. Yo haré coníiess que ha sido ap 
injusto el encono ayrado, 
que me ha tenido, 

Blas. ¿Ahora callas? 

Ei rubor ¡a turba acaso. 




En teniéndola por mía 


que se venga ei Secretario 
con fiestas á mi y verá 
como le rompo los cascos 
si me enfada. Has entendido? 

Jac. Todo,señcr ; mas reparo;::- 

Blas. Que puedes reparar? Nada: 
seré tu Esposo. Yo te amo. 

Jac. ¿Pero no advertis , que tengo 
mil pruebas de lo contrario? 

. Blas. Mil pruebas? Di quides sor. 

Cat. Don Blas, que te vas clavando! a:p>, 

Pab. Como ie apura! 

Cari. Es discreta. 

Jac. ¿No soy una pobre? Es claro, r 
¿No aborrecéis la pobreza? 

Es evidente. ¿Arrojado 
no está vuestro hijo de casa 
solo porque se ha casado 
con pobre? Es verdad ¿la Nuera ' 
no os merece odio tán raro, 
que aun su nombre ahorre 
Quién io duda? Pues al caso. 

Si es to esto cierto, ¿como 
queréis que esté asegurado 
mi pecho en vuestras p «labras 
siendo pobre ? ,Oh , Señ >r! Cuanto 
daño me buscáis sin causa! 

Yo seria el m ¡s ama go 
objeto de la \- isior; 


sceis? 


si os creyera! Nada acuario 

* fe? 




da vos, sino seducirme 
á un sonrojo ei mas villano. 
Huiré el peligro: me voy. 

Blas. Espera ; irte? A tu lado 
me has de llevar; tus razones 
no hacen fuerza. Pues qué, acaso 
tu eres pobre? 

Jac. Pues qué, sov? 

Blas. Poderosa. Hay mayorazgo 
mayor, qus ei de la virtud? 

Hay tesoro mas amado 
que la prudencia , el talento, 
la perfección \ lo honrado? 

Pues si tu todo esto tien. s, 
como pobre te has iion : jo? 

Jac. Pues por pobre aborrecéis 
á vuestra Nuera. 

Blas./ Ese es caso 
distinto. No la conozco, 
jamás ía vi , y.p >r lo tanto 


Comedia nueva, 

Jl ac. vjíyciv, oeiaor, 
Blas. Jacinta, 


no lo haré. 

Jac. Pues alza , Carlos; 

y huyamos de un Padre cruel, 
de un Padre injusto y tirano. 
ap. Blas. Jacinta:::- Pues tu:::- Qué es esto? 
Caí. Todo se lo llevó el diablo. 

Cari. Huyamos , amada mia; 
que esto es haber intentado, 
mi [ ¡cinta , y dulce E spesa 
Blas. Qué es lo que dices , muchacho? 
Jacinta es Esposa tuya?' 

Jevnsi qué gozo me has dado! 
Tuercs mi Nuera , Jacinta? 

Jac. Yo soy, señor, quien alcanzo 
ese honor y á vuestros pies 
os pide humilde mi lianto:::- 
Blas. Alza, hija mia , no liores; 

Sov tu Padre afortunado 


no se lo que es. Quien re ha dicho 
que st yo supiera acaso 
que era como tu , q re no 
la amara como te am o? 

Caí. Este golpe se buscaba. 

Cari , Ya se dirá. 

Pab. Ya se ha logrado. 

Jac. Con que en efecto, si fuera 
como yo, sería agrado 


en tenertaí Nuera. Y quieres dCarl, 
huya de mi? Ven ; mis brezos 
te esperan. Muchacho , llega; 
no temas; que tu has logrado 
en elegir ral muger, 
el caudal mas saneado; 
que la virtud de la Esposa, 
conforme en la tuya le hallo, 
hace al marido dichoso. 


vuestro encono? 

Blas. Quién lo du da? 
seria mi hijo amado. 

Sais Cari. Padre , á vuestros pies está 
el que nombráis. 

Cat. Eso , braho; 

que vo no lo he de hacer to jo 

Pab. Ha sido arrojo bizarro, 

Blas. Q -iS quieres au Lz. ? Infame, 
quita , ap¡rta:::- Mas qje aguardo? 
Me iré por no verte. 

Cari. Padre, C. 
oídme. 

Blas. Aparta, malvado. 

Pab. Rara crueldad! 

Cat. Es por Christo 

Un Paire desesperado. 


Cari. ¡Ah, Padre mío! 

Jac. ¡Ah , .mi amparo! 

Bi is. ¡Oh , dulces hijos! que gozo! 
Car. y Jac. Dichoso yo que esto alcanzo» 
Cat. Ahora entra mi arenga y luego 
que se haya pasado un rato á D. P. 
entra la vuestra. Ya he oido. 

Señor Don Bh.s , todo quanto 
se ha descubierto ; y pues veo 
vuestro regocijo, marcho 
á limarle mayor, entrase por la izcp. 
Blas. Que intenta 

este Señor Secretario? 

Pero tu , amada Jacinta 
mi cr'úci ? 

Jac. A ver llegamos 

de Madrid ; Mousieur Ernés 


nos 


A Suegro irritado 

nos hospedó con agrado 
v nos dixo que una cruda 
buscabais ; yo ti que Carlos 
tem ia veros ; con que 
de a que¡U noticia usando 
' p ara ver si conseguía 

qusos redujese mi trato, 
log’é criada serviros, 

v ahora Nuera veneraros 

Blas. Qué felicidad la mía. 

•Oh, hijos míos amados! 

Sds Catarro con los niños . 

Cat. Llegad , Niños; de rodnlas 
besad í Abuelo la mano. 

Paria. Abuelo mió , á estos ptes 
la mano os pido llorando. 

Padre , Madre:::- 
Blas. Pues qué es esto. 

C'at. Qué ? que son hijos de Carlos, 
y Jacinta y por lo mismo 
Nietos vuestros. 

Blas. Qué oigo: Santos 
Cielos , el gozo me ahoga. 

«Mis Nietos! 

periq. Si , Abuelo amado. 

Blas. Prendas del alma queridas, 
llegad , llegad á mis brazos. 

¿Pero cómo ha sido este. 

Mi jubilo maestra el Panto! 

¿Y el Barca de Tutiplén? . 

Cat Que Tutiplén ni que DiabiO. 

’ Señor Don Blas , esto ha sido 
todo enredo de Cats.ro. 

. Blas. Quien es Catarro? 

Cat . Ego Sum. 

Blas. Como estás aquí? 

Cat. A Don Pablo 
eso toca. 

Sale D. Pab. Asi es , Señor 
Don Blas ; Don Pablo Castaño 

soy. 

Bla‘s. El hijo de Don Jorge? 

Pab. Si Señor. 

Blas. Ha muchos años 

que Le conozco i es amigo. 


Kuera prudente. i 

7 

¿mas cómo en mi casa os nano 
de Pintor? 


pab. Vi á vuestra hija, 

y la amé ; temiendo el raro 
genio vuestro, de esta traza 
me val! por verla. Dado 
me tiene el sí , v la señora 
Jacinta lo sabe , y Carlos. 

Los i. Asi es. 

Blas. Hoy todo es dicha. 

Sale Cara. Pintor mió , nos casamos? 
Mas que veo? ¿Hermanó mió? 

Cari. Camila? Llega á mis brazos. 


liega. 

Blas. También á Jacinta 
abraza , Camila ; vamos, 
que de Carlos es Esposa, 
y cuñada tuya. 

Cam. Es chasco? • , 

Jac. No , Camila ; en mi tendrá* 
una hermana fiel. 

Cam. Andallo, 
ya tengo cuñada. 

Blas. Mira, 

estos son hijos de Carlos, 
y mis: nietos. 

Cam . Y me tocan? _ 

Blas. Son tus sobrinos. 

Cara. Qué guapos! 

También yo os quiero dar nietos, 
y asi, prontito, me caso? 

Blas. Sí , da la mano al Señor 
Don Pablo. 

Cam. Como Don Pablo? 

Yo se la doy al Pintor^ 
que asi lo tengo tratado. 

Blas. Ese es , hija , un Caballero, 
que en este dia ganamos 
tu por Esposo , por hijo 
yo } y por hermano mi Carlos. 

Cam. Pues , Pabíito , esta es ya tuv?. 
Pab. Dichoso yo que esto alcanzo. 
Sale Zhnb. La contrata del futuro 
matrimonio , es muy del caso 
se rompa. ¡Oh. Señor Don Blas! 
Quinta gente; ¿Qué reparo? 

No 


5 74 Cernedla nueva 


N j es Mmnsieitr de Potnpadue? 
Blas. Señor Conde , esr ds temblando] 
2-iinb. Pues si veo á Pompaduc. 

BLis. Quién es Pomcáuue? 

Pal?. Catarro, 

que vino á pintar cor migo, 
y un buen chasco !c ha p.gado, 
que luego sabréis. 

Blas. Señor 

Conde , á Camila he cas. do 
á su gusto ; perdona 'me. 

TLimb. Por mi ya eit.ds perdonado, 
porque voy súpitamente 
á hacer vida de hermit.mo. vase, 
Blas. Hi jos míos , rodo es vuestro; 
solo aspiro á mi descanso; 
cuida tu, Carlos, ¡a hacienda; 



entre todos celebrando 
las bodas de mi Camila. 

¡Oh , qué dia tan colmado 
de bienes! 

C.it. Y perdonad 

sus enredos á Catarro. 

Blas. T us enredos son mis dichas, 
y te ofrezco mil ducados. 

Caí. Bueno. 

Pab. Yo o ros mil. 

Caí. Mej or. 

Blas, Y aquí se mira probado: 
que una Nuera si es prudente 
convenze áun suegro- irritado. 

Todos. ...M rezr.i nuestra humildad 
por premio solo un aplauso « 


FIN.